SESIÓN GRATUITA Y EN ABIERTO,
LA GRABACIÓN ESTARÁ DISPONIBLE UNA SEMANA
(PDF de la Transcripción) Hola, buenas tardes a todas y todos. Soy Vicente Simón y os doy la bienvenida a esta primera sesión del curso que lleva el nombre de “Nuestra relación con el futuro”. Este es el primero de los cursos online de este año 2023 y el noveno de los cursos online de esta serie, en general.
En primer lugar, quiero deciros que me alegra mucho estar de nuevo con vosotros para compartir estos ratos, estas tardes de meditación y de diálogo con nosotros mismos. Vamos a formar otra vez un grupo, en gran parte con personas que ya han hecho cursos anteriores y también con bastantes compañeros que se unen a nosotros por primera vez.
Quiero decir unas palabras sobre las características de este curso, aunque muchos ya las sabéis. Hay una diferencia con los cursos anteriores, ya que este es más corto, exactamente la mitad. Los anteriores han sido de diez sesiones y este va a ser de cinco. La razón de este nuevo formato es que me da la posibilidad de tratar más temas, ya que en algunos casos diez sesiones serán demasiadas para un tema solo, es decir que algunos temas no requieren realmente diez sesiones. Por tanto, este curso será de cinco, de las cuales cuatro son de enseñanzas y hay una sesión, como siempre, de preguntas y respuestas que haremos en directo.
También quiero recordaros a todos (ya que hay muchas preguntas en este sentido que nos llegan al correo), y es que no tenéis por qué estar en directo para escuchar las sesiones que son los miércoles a 19:00 h., sino que podéis escucharlas en diferido cuando queráis y además podéis bajarlas a vuestro dispositivo y tenerlas para siempre. Por tanto, no tenéis por qué estar atados a la hora de los miércoles a las siete de la tarde, sino simplemente las bajáis al dispositivo que uséis y después podéis tranquilamente escucharla cuando tengáis un rato. Cuando mejor venga y estéis más tranquilos.
Cada sesión consta de dos partes; una parte teórica y la otra práctica, que es la meditación. Suelen estar disponibles en forma de audios al día siguiente por la mañana, o incluso el mismo día por la noche. Y luego, pasados dos o tres días tras la sesión, os damos acceso a una transcripción de la parte teórica, por si queréis consultar algo de forma rápida sin tener que escuchar toda la media hora que suele durar más o menos la Introducción.
Otra cosa importante, desde el punto de vista práctico, es la existencia de un foro que abriremos mañana, probablemente, y al que podéis enviar preguntas y comentarios. Es muy bueno que hagáis comentarios sobre lo que habéis experimentado. Es una forma de aprender para todos, para vuestros compañeros y para mí mismo también, para saber por dónde van los tiros en el curso. Es decir, que os encarezco realmente que participéis en el foro y que comentéis vuestras experiencias. Igualmente, podéis aprovecharlo hacer preguntas, si es que tenéis preguntas para mí.
Yo lo que haré es contestar a las preguntas en la 5.ª sesión del curso, es decir, la última sesión del curso que hacemos en directo, en vídeo por zoom y en la que todos podéis participar. Claro, ahí sí que hay que estar allí, en directo, si queréis participar, aunque de todas formas luego la podéis ver grabada. Es decir, que tampoco se hunde el mundo si no la veis. Me parece que esto es lo más importante que tenía que decir desde el punto de vista práctico sobre el curso. Os doy la bienvenida. Me alegro de que estés aquí. Os agradezco que os hayáis inscrito, ya que hacéis posible realmente el curso. Y vamos pues, a comenzar.
Como siempre, yo suelo hacer un par de minutos de recogimiento antes de comenzar con la sesión realmente y vamos a hacerlo ahora. Os pido que simplemente llevéis vuestra atención a la respiración y hagáis un par de respiraciones profundas, aprovechando para ir dejando tensiones que podáis tener, tanto las tensiones corporales como las mentales, preocupaciones, etcétera.
Id aterrizando en el presente, en el ahora. Estamos todos aquí formando este grupo y llevamos la atención al momento presente, a lo que está sucediendo, a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Procuramos aquietar tanto el cuerpo como la mente y estar en presencia.
Es bueno que recordéis brevemente las motivaciones que tenéis para meditar. Cada uno tiene sus propias motivaciones, que además, van cambiando con el tiempo. Recordad las vuestras, las de cada uno, cada una, de vosotros y hacedlas presentes. Esas motivaciones son las que os dan la energía para concentrarse en la sesión, para dedicar toda la atención a este rato de la meditación de hoy. Por tanto, renovar esas motivaciones y extraer de ellas la energía necesaria para estar plenamente presentes este rato que vamos a dedicar a la meditación, al conocimiento de nosotros mismos y a la mejor comprensión de la realidad.
Bien, pues tras estos momentos de recogimiento y de relajación vamos a dar comienzo a la sesión de hoy, al tema de hoy que como habréis visto le he llamado “Discernir lo imaginario de lo real”.
En realidad, podría decir que he escogido el tema del futuro para este curso, porque gran parte de los problemas y de los sufrimientos que vivimos los seres humanos derivan de nuestra relación con el futuro, de nuestra capacidad de imaginar un futuro y de cómo respondemos a esas imaginaciones.
Por una parte, cómo las creamos y por otra, cómo respondemos emocionalmente a ellas. Hay una frase muy conocida del pensador francés Michell de Montaigne (que fue un filósofo del siglo XVI) que escribió: “Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron“.
Bueno, pues este es el caso con muchos de nosotros, que vivimos terribles desgracias en nuestra imaginación, pero luego, esas terribles desgracias no se materializan, no tienen lugar, y por tanto, resulta que hemos sufrido innecesariamente. Lo habitual es que dediquemos demasiado tiempo a pensar sobre el futuro. Y este tiempo, realmente, es muchas veces un desperdicio porque no solucionamos nada con estos pensamientos y, sin embargo, sufrimos al preocuparnos en exceso por todo aquello que puede pasar y que luego, como decía Montaigne, muchas veces, nunca llega a suceder.
En esta sesión de hoy vamos primero a tratar de comprender como funciona nuestra mente cuando se imagina el futuro y así poder utilizar estos conocimientos y esta comprensión de nosotros mismos para utilizar mejor nuestra mente y para que su actividad sea menos perjudicial para nosotros. O sea, esto es un proceso de autoconocimiento y vamos a empezar por conocer nuestra mente, y concretamente, cuando se enfrenta a esas imaginaciones del futuro y también del pasado.
En el fondo, todo nace del hecho de que somos una especie, la especie humana, que puede imaginar mundos que no existen. Según su complejidad evolutiva, hay mentes que poseen más capacidades que otras. Nosotros, al menos en el planeta Tierra, somos los que estamos dotados con más capacidades mentales y una de ellas es la de imaginarnos mundos que no existen.
Normalmente, los cerebros de todas las especies lo que hacen es crear representaciones del mundo físico en que viven. Es decir, que nuestro cerebro está continuamente representando el mundo en que vivimos y dicha representación hace que creamos estar en contacto directo con la realidad, aunque lo cierto es que solo estamos en contacto con una representación, no con la realidad misma.
Pero bueno, ese es otro tema en el que nos vamos a meter ahora. Por una parte, tenemos esa representación del mundo externo, es decir, el mundo físico. Y, por otra, tenemos la representación del mundo interno, en el cual creamos ese modelo de nosotros mismos al que llamamos el self. Sobre ese self hablamos (como sabéis los que lo hicisteis el curso octavo), en el curso que lleva por título: “Comprender y transformar nuestra relación con el self”.
En general, llamamos representación a algo que muestra aquello que sucede en el presente. Por ejemplo, al mirar la pantalla de mi ordenador, estoy percibiendo una representación de lo que está sucediendo delante de mis ojos en este momento. (Es verdad que lo hace con un ligero retraso. Es decir, pasan unos milisegundos entre las imágenes que aparecen en la pantalla y mi percepción de estas imágenes). Pero, en general, podemos decir que estamos viendo esa representación.
Decimos también que el sistema en estos casos está trabajando online, es decir, que estamos como conectados a la realidad. Es decir, estamos conectados a los estímulos que provienen de la realidad. Ahora bien, el sistema nervioso de los organismos complejos, como es el nuestro, además de manejar representaciones del mundo en tiempo real, también puede crear representaciones de mundos que no existen en el presente, es decir, de mundos ficticios.
Esto es un salto muy importante en como manejan la realidad todos los seres vivos y, nosotros, especialmente. En este momento, es lo que más nos interesa. A ese tipo de representación (ya que, al fin y al cabo, es una representación), le llamamos simulación.
Es decir, la representación se refiere a aquello que está sucediendo en el presente y que es real. La simulación es la representación de algo que no está sucediendo en la realidad, sino que nos lo inventamos nosotros.
Es decir, en la simulación, nuestro sistema nervioso lo que hace es crear mundos inexistentes, irreales y ficticios, imaginarios, como queráis llamarle. Cuando el sistema nervioso hace eso, a eso le llamamos simulación. Es decir, crea mundos que en este momento no existen.
Y el sistema nervioso puede hacer eso porque es capaz de trabajar offline, es decir, independientemente de los estímulos que están llegando al sistema. Cuando trabaja con los estímulos que llegan en ese momento al sistema, está trabajando online y lo que fabrica son representaciones.
Las simulaciones son posibles, pero no reales. Todos sabemos que, en condiciones normales (es decir, puede haber condiciones patológicas, pero no voy a entrar en ellas), podemos diferenciar claramente lo que es real de lo que es ficticio. Es decir, podemos separar la representación (lo real), de la simulación (que simplemente es una posibilidad).
Aunque somos capaces de imaginarnos muchos mundos ficticios, mundos reales solo hay uno. Y en condiciones normales, como decía, los distinguimos perfectamente. O sea, podemos distinguir cuándo estamos observando, percibiendo y viviendo una representación del mundo real de cuándo estamos fabricando mundos ficticios e imaginarios. Aunque alguna vez podríamos confundirlos, en general, tenemos unos mecanismos neurales bastante efectivos para no se produzca dicha confusión. Estos mecanismos evitan que nos equivoquemos y hacen posible que vivamos de acuerdo con lo que acontece en el mundo real.
Cuando creamos mundos imaginarios los solemos situar, mentalmente, en alguna zona del tiempo. Claro, los dos casos más habituales son; el pasado, en donde situamos los recuerdos autobiográficos, y el futuro, en donde situamos los planes y proyectos con los que construimos las imaginaciones del porvenir. En algunas ocasiones, el mundo creado o imaginario queda un poco sin localizar. Por ejemplo, cuando tenemos fantasías atemporales, como pueden ser ciertas fantasías sexuales.
Las simulaciones del pasado se construyen a partir de recuerdos, es decir, de huellas neurales almacenadas en nuestro cerebro. Podríamos decir, que las simulaciones del pasado tienen una cierta base real. Por ejemplo, nos acordamos de cuando éramos pequeños y jugábamos con nuestros amigos, etc., o nos acordamos de lo que hicimos ayer, sin ir más lejos. Es decir, que los recuerdos tienen una base verídica, pero, a pesar de esa base verídica, son, en el momento presente, irreales. Por otra parte, la calidad de los recuerdos no suele ser excesivamente buena. Es decir, que es fácil que nos inventemos cosas o que añadamos a los recuerdos detalles que, en realidad, nunca sucedieron.
Claro, es comprensible que esto sea así, es decir, que el sistema no funcione de manera perfecta, ya que la memoria no apareció en la evolución para que fuéramos historiadores y diéramos fe exacta de lo que pasó. No apareció para eso. Se desarrolló para que en el futuro no cometiéramos los errores que habíamos cometido antes y para que aprendiéramos a no cometer equivocaciones que podían ser fatales para la supervivencia. Había que enfrentarse a un mundo complejo y lleno de situaciones peligrosas. Es decir que, al confeccionar los recuerdos, el sistema no es perfecto. Nos acordamos bastante bien, pero puede haber lagunas o inventarnos cosas que nunca sucedieron.
Luego, aparte de otros mundos externos posibles, existen también otros selves posibles. Es decir, que no solo podemos imaginarnos otros mundos posibles, sino también otros yoes, selves o egos (o como queráis llamarle), que también son posibles, pero no reales. Por ejemplo, nos podemos imaginar cómo sería el futuro si nos tocara la lotería y cómo el mundo externo sería diferente a como es ahora y cómo nosotros mismos también seríamos diferentes a como somos actualmente. Es decir, que la capacidad de simulación no solo afecta al mundo externo, también puede afectar al self mismo. Pero podemos imaginarnos selves diferentes en el futuro.
Un aspecto interesante y muy especial de las simulaciones es que el sistema nervioso, al imaginar el futuro, también se imagina recompensas o castigos en ese futuro imaginado. Este hecho nos abre un capítulo muy interesante, que es la relación que poseen las emociones con los mundos imaginarios. Un tema muy interesante, pero que vamos a dejar para la sesión próxima.
Hasta aquí hemos llegado con la sesión de hoy. Dejamos para la sesión próxima este aspecto de la emoción en los mundos imaginarios, importante porque es responsable, en gran parte, de nuestros problemas con el futuro imaginado.
Bien en la meditación de hoy, lo que vamos a hacer es hacernos conscientes de esa distinción principal entre lo real y lo imaginario. Claro, distinguir entre lo real y lo imaginario equivale también, en la práctica, a distinguir entre lo que es presente, que es lo real, y lo que es imaginario, que está ya fuera del presente, bien sea en el pasado, bien sea en el futuro.
Es decir, hay dos tipos de mundo imaginario; el pasado y el futuro. Lo que es real es el presente. Está sucediendo en estos momentos. El ahora, nuestro ahora, coincide con lo real.
El problema es que no tenemos acceso ni al pasado, ni al futuro. E incluso, suponiendo que el pasado y el futuro existieran en este momento (como afirman ciertas teorías llamadas eternalistas), nosotros, dada nuestra relación con el tiempo, no podríamos acceder ni al pasado ni al futuro. Nuestra capacidad mental no da para más y simplemente nos tenemos que quedar en el presente.
Cuando queremos pasar al pasado o al futuro, solo nos queda la posibilidad de inventarlo, que es lo que habitualmente hacemos. Es decir, tenemos que hacer una simulación, porque no podemos acceder a esas zonas de la realidad de manera directa.
Entonces, en cierta forma, lo que vamos a hacer en la meditación de hoy es habitar el presente y, en ese sentido, descartar las vivencias del pasado y del futuro, a las que estamos extremadamente habituados. Ya sabéis que en nuestra vida cotidiana una gran parte del tiempo, la pasamos dándole vueltas a lo que ha pasado y dándole vueltas a lo que tiene que pasar, haciendo planes por un futuro, etcétera.
Precisamente, de ese no estar en el presente surgen muchos de los problemas de índole mental que tenemos. Que les damos vueltas a las cosas, nos angustiamos por cosas que no sabemos si van a pasar o no, etcétera.
Entonces es una buena idea practicar el estar más en sintonía con el presente, con el ahora, con lo que es real en ese momento. Debido a que, gran parte de la vida, la hemos pasado haciendo simulaciones del futuro, hemos desarrollado la costumbre de estar continuamente yendo y viniendo en el tiempo. Esto es lo que se ha llamado “viajar en el tiempo”.
Aunque esta capacidad de viajar en el tiempo nos ha sido muy útil a la especie humana, es cierto que también tiene sus inconvenientes. Y uno de los grandes inconvenientes es que corremos el riesgo de perdernos muchas de las vivencias que, todas ellas, tienen lugar en el presente.
Aun sin ser éste el tema central de la de la sesión de hoy, hay que señalar que, en el proceso meditativo, en lo que podríamos llamar la vida espiritual, lo que hacemos es introducirnos en el presente, es decir, profundizar en la propia consciencia y descubrir esa vida de la consciencia que siempre tiene lugar en el ahora, en nuestro ahora.
Entonces, cuando profundizamos en nuestras vivencias interiores y buceamos hacia el interior de la consciencia, forzosamente tenemos que dejar a un lado los aspectos temporales, imaginarios. Es decir, es como salirnos del tiempo.
A mí, a veces, me gusta representarlo como una línea, la línea del tiempo. Una línea horizontal en la cual la izquierda representaría el pasado y la derecha, el futuro. Es decir, esa es la línea del tiempo. En gran parte, la meditación consiste en salirnos de esa línea del tiempo y, por así decirlo, irnos hacia abajo, profundizar en el presente y profundizar en la propia consciencia que está en el presente.
Podría decirse que meditar, en cierta forma, es profundizar en lo más hondo de nuestra propia consciencia. Y lo que vamos a hacer hoy, concretamente es, en cierta forma, salirnos de la línea temporal, si queréis mirarlo así. Es decir, renunciar a la capacidad que tenemos de imaginar pasados y futuros y centrarnos en el presente. Dejar al tiempo en paz. Se trata de ignorar el tiempo y apreciar el presente, el presente que no cesa.
Esto lo podemos hacer también en la vida cotidiana. Cuando nos acordemos, a lo largo del día, si queréis podéis pensar “¿Ahora mismo que está pasando?, ¿Qué es real y que es irreal? ¿Qué es lo que yo estoy viviendo y qué es lo que yo estoy imaginando o tengo la tentación de imaginar?”
Ya sabéis que, generalmente, procuro comentar cómo se puede aplicar la meditación del día a la vida cotidiana. Bueno, pues en el caso de la meditación de hoy, podéis fijaros, de cuando en cuando, en esa diferencia entre lo real y lo imaginario, que es la diferencia entre el presente y otros momentos temporales, ya sean pasado o futuro.
O sea, que, en la práctica de la vida cotidiana, de cuando en cuando, acordaros de esto y decir: “No, esto que aparece ahora en mi mente no pertenece al presente. Estoy metiéndome en el mundo de la simulación. Estoy saliéndome del mundo de la representación y metiéndome en el mundo de la simulación. Estoy simulando mundos posibles o selves posibles. Es decir, o bien me imagino mundos externos, o bien me imagino a mí mismo siendo de otra manera”.
Cuando os deis cuenta de que os habéis pasado a la simulación, al menos por unos momentos, distinguid la simulación de la representación y daros cuenta de cuál es una y cuál es la otra. Daros cuenta de cuándo estáis en el presente y cuándo os habéis escapado al futuro o al pasado. Dado que nuestro sistema nervioso está perfectamente dotado para distinguir entre lo real y lo imaginario, pues vamos a practicar esa capacidad y vamos a fijarnos en lo que es real y en lo que no lo es.
Bien, pues para acabar, deciros un par de cosas prácticas. Una es que os recomiendo que hagáis meditación diariamente, a ser posible.
Y lo que podéis hacer simplemente es escuchar esta meditación que ahora vamos a hacer. Escucharla una vez al día, hasta llegar a la semana que viene, que tendréis una nueva meditación. Es una de las formas de hacerlo, no estáis obligados a hacerlo, por supuesto, pero os aconsejo que hagáis eso. Es una forma de ir profundizando en la meditación.
Por otra parte, os animo a participar en el foro. Después de hacer la meditación, comunicar lo que habéis experimentado a los compañeros y poner las preguntas que tengáis.
Y bueno, pues ahora viene la meditación, tras una pequeña pausa de dos o tres minutos. Os invito, en esta pausa, a que os mováis un poco, es decir, que estiréis las piernas y moved el cuerpo antes de poneros otra vez en la postura de meditación.
Ahora tenemos una corta pausa de tres o cuatro minutos. Por lo tanto, como ya no diré nada más antes de la meditación ni después, pues me despido de vosotros hasta la semana que viene.
Os deseo una buena semana y y una buena práctica durante estos días.
Por lo tanto, hasta ahora enseguida, en que iniciaremos la meditación.
Muchas gracias.
1. INTRODUCCIÓN DE LA SESIÓN 1
2. MEDITACIÓN DE LA SESIÓN 1
PDF Transcripción
Nuestra relación con el futuro
- 4 sesiones en DIRECTO y GRABADAS,
1 sesión por Zoom, foro y certificado. - 1ª Sesión en abierto durante una semana.